agosto 15, 2008

Cartas desde mi Sambil (II): Viernes brillante

Otro viernes dorado, pesado en la tierra de lo bueno, donde lo malo ha quedado afuera y el trabajo ha quedado atras. Hemos mutado en creaturas que solo ven para adelante, nuestra visión periférica desaparece como una autodefensa de nuestra mente que no quiere seguirse torturando al respirar el humo, sentir las colas, ver los mendigos en los semáforos, y se abstrae en este pais falso, cual embajada, que hace de este suelo un mundo aparte en el que lo unico que nos recordara que estamos en venezuela son los conocidos y los precios que vemos en moneda local. Es un viernes dorado por todo lo que refulge aquí dentro: desde las alhajas que porta el reggaetonero-to-be hasta los trescientos cecé de belleza que han inyectado bajo su piel, pasando por los dientes blanqueados por láser, los cabellos aclarados por químicos, las siluetas moldeadas por lipos y las arrugas levantadas por bótox. Hoy viernes todo refulge, yo sonrío, admiro la fuerza del venezolano que se levanta y cree andar sobre nubes aunque esté parado directamente sobre la tierra, tomo otro roll de sushi venezolanizado, inhalo una bocanada más de aire, justo lo suficiente para saborear este momento de conjunción de sabores que me saca de donde esté, inclusive de esta república sin nombre que unos, llaman Sambil.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tan cerca pero tan lejos :p ayer también estaba en el sambil jejeje como has estado tito? aun no tengo saldo u.u

David Quintanilla dijo...

Buena camarada siempre captando lo que es un simple dia a dia criollo, estamos hablando! saludos!!

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