abril 27, 2011

Bronceandome en Bergen

Que tremendo solazo sabroso está pegando aquí en Bergen! El viento fresco, la temperatura en unos 15 grados y este sol hacen una combinación perfecta!


abril 22, 2011

Finally

En una noche soleada de luna llegaste a mi vida.
Cumpliste mis fantasías y me retaste a crear sueños nuevos.
Me enseñaste a entender, a amar,  a entender de nuevo, a soñar de nuevo. Le diste alas a mis ojos, y labios a mis manos.
Siempre fuiste mas de lo que esperaba.
Si sabía que podía amar tanto, solo que nunca lo había sentido.
Prendiste mis luces y apagaste mi reserva miliamperiana. Eres grande y pequeña. Eres tan pequeña que ni toda mi vida me alcanzará para cuidarte.
Eres fuerza. Inspiración. Y sobre todo, mi motivación. Gracias por existir.


abril 17, 2011

Ya son 28. ¿Cuántos quedan?

Ya han pasado ventiocho desde aquella noche en que nací. Ya no importa cuántos quedan o cuántos más pasarán antes de pasear entre cielos e infiernos urbanos, decorados con sonrisas plásticas y cafés descafeinados.
Con ojos de perro azul.
Con rocines cabalgados por ecuestres donjuanes cuyos sesos, del tanto leer y del poco dormir, estén secos.
De cobayas, de pruebas inconclusas y sentimientos reprimidos.
Todo eso no está aquí: aquí tengo mi agua, mi viento y mi musgo.
Mis champiñones, la miel de mi vida.
Una niña, una esposa, falta Fido.
Una parte de mi vida dice gracias, la otra aplaude al mismo tiempo.
Ya no soy lo que era antes.

Aqui sigo y seguiré.
Por amor.

Rafa

For nå tror jeg det.
Por ahora pienso así.

Rafa E. S. Pérez

abril 02, 2011

Sentimientos, sensaciones, extrañesas y países

Casi setenta y cinco dias es lo que llevo aquí en Noruega. Y aunque es imposible negar que me encanta este lugar, y que solamente en sueños escogería otro lugar para vivir con mi familia, mentiría si digo que no extraño a los venezolanos. Que no me hace falta el calor urbano, la echadera de vaina, las sonrisas familiares, la polar helada y un buen pepito callejero. Como lo extraño, todo eso. Aqui vivo con un sol que se esconde casi a las nueve "de la tarde". Aqui veo lo que ocurre cuando todo el mundo decide -simultáneamente- respetar la ley. Esta es una sociedad ordenada, y aunque al principio parezca un poco fría (siendo Venezolano todo te va a parecer frio) cuando la empiezas a conocer, ves que la gente tiene un corazon cálido, dadivoso y amable. Y esa es una de las cosas que me ayudan a aferrarme. Se que no me iré, pero aún asi sé que hay partes de mi que todavía no han llegado a Bergen. Espero por ellas. Y de llorar... Eso es otro cuento! Gaitas, vengan a mi! Gracias, Gran Coquivacoa por hacerme recordar lo bonito de Venezuela!


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