Aquello que me diste

Coño...
Y pensar que tenemos el poder de hacernos sentir tan bien. Y lo usamos para hacernos sentir mal. Tenemos la potestad de multiplicarnos las sonrisas, las caricias, inclusive lor orgasmos. Pero nada sale...
Algo me frena, algo nos frena. Quiero dejar de culpar al orgullo. Quiero ser yo aquel que se responsabilice por mi felicidad. No quiero nos, no quiero culpas ni caras largas, ni silencios. Quiero construir mis momentos antes de darme cuenta que ya no están.

Nadie me mandó a nacer aquí.

Mi vida está llena de huídas, de escapadas. De cambios de actitud. De supuestos cambios y de muchísima inmadurez. Lo primero a tomar en cuenta es que un cambio a nivel personal va a ocurrir a lo largo de una cantidad considerable de días, semanas o meses. A menos que sea forzado.

Another night in paradise

Viviendo lo que nunca viví en su momento, y que tantas veces me contaron. No sé si es que debía vivirlo con mi hija, para que fuera especialmente humillante. Y sí, es una cola para recargar combustible. Tanta gente que pregunta ¿y por qué te regresaste? Y yo digo, no me regresé, me regresaron. A vivir esto. A chuparme las verdes, pero acompañado. No debo desahogarme en estas líneas, ya que haría muy extenso mi relato. Pero cada día no debería ser peor que el anterior... no debería. Y la comida? Mas cara. Y los medicamentos? Se compran o revendidos o tras hacer largas colas. Y las opciones de irse? Uno mismo las hace, ya que nos obligan a emigrar...

Probando bloggeroid el día de la locura

Y bueno... hasta que por fin, después de tanto ir, volví.
A blogger.
Al texto simple.

Hoy, menos es más.

Competir por calidad

La calidad en la vida misma

Un gran fotógrafo, excelente profesor y aún mejor amigo, Enio Cuello, una vez me dijo que nunca compitiera los precios en el área de la fotografía. Que si alguna vez iba a competir lo hiciera con calidad. Calidad en las fotos. Y aunque el no me lo dijo, yo cada vez que hago una fotografía, trato de que ésa sea la mejor. Y si son cien fotos, serán cien las veces que ese pensamiento ronde mi cabeza. Ésta debe ser mi mejor foto. Y ésta también. Y la que le sigue. Esta carrera por la excelencia hace que exija de mi mismo a cada instante. Y a pensar que no, no son los equipos los que hacen la foto. Ellos solo la capturan, congelan ese instante que nosotros hemos preparado, o hemos buscado, o hemos esperado. Ese instante que yo como fotógrafo creo. No puedo negar que muchas veces sueño despierto imaginándome con una D3S, una D4 o una H4D-31. Es imposible no querer esas cámaras. Pero de lo que estoy absolutamente seguro es que esas cámaras no harán de mí un mejor fotógrafo, ya que ellas son solamente instrumentos que me ayudan a hacer mi trabajo... pero que no lo harán por mí. ¿De que me servirá una Hasselblad si no compongo bien mi imagen? ¿O si no busco un ángulo insospechado? ¿O si no abro bien mi diafragma para reducir mi profundidad de campo? pues... me servirán tanto como una corneta (claxon, bocina) a un submarino. El caso es que la calidad en las fotos viene determinada por mi. No es lo que creas que eres, es lo que haces con lo que creas que eres. Si no te crees capaz de poderlo, entonces debes competir por precios. Apunta, dispara y vende. Pero en lo personal, yo creo que todos somos capaces de hacer cosas que sólo veremos hechas una vez que intentemos hacerlas. No te rindas antes de empezas la pelea, la carrera, la sesión. Es bueno que tengamos bastante competencia, ya que eso hace que podamos exigir de nosotros mismos. Recuerda lo que dijo Henry Cartier-Bresson: "Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje." Piensa en tí y recuerda que cada disparo, ha de ser el mejor ;)

Rafa Suárez